En la región se utiliza desde hace unos 400 años, en las zonas alejadas del centro, donde no era fácil encontrar medicamentos, así que males como dolores de estómago o de garganta, tos seca, cólicos, o hasta para destetar a los niños, aproximadamente al año de edad, para que su estómago se acostumbrara rápidamente al cambio de la leche a los alimentos pesados, era la razón de que se tomara este brebaje.
La preparación, según me explicó doña Petra, cocinera tradicional de Huasca, es sencilla: se hace una infusión de canela y pimienta negra entera. Se cuela y se mezcla con jugo de naranja natural, alcohol puro de caña, miel de abeja y extracto de vainilla. Se deja reposar, y luego el licor de naranjate estará listo para ser consumido.
Hoy en día se bebe como un aperitivo, aunque quedan algunas familias que lo siguen tomando como remedio y haciéndolo de forma casera. Para el consumo general, se comercializa en botellas debidamente etiquetadas, y sólo en el ámbito local, lo cual es un pretexto para venir a Huasca y probar su rico y centenario sabor.
Quizás te sorprenderás por el hecho de darle a tomar esto a los niños, pero te diré que no es nada extraño, pues me comentó mi madre que de pequeña a ella le daban licor casero de nogal como remedio; claro está que se administraba con mucho cuidado y en mínimas cantidades. Eran remedios efectivos y naturales que ya se están perdiendo, y poca gente queda que sepa prepararlos y ofrecerlos para proporcionar un alivio a malestares menores.
Cuando visites Huasca, Pueblo Mágico, no dejes de llevar a casa tu botella de licor de naranjate y disfrutarla con todo sentido