Tortillas ceremoniales

(Comonfort, Guanajuato)

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¿A qué nunca has oído hablar de las tortillas ceremoniales? Éstas, en pocas palabras, son tortillas con “memoria”, que describen la historia familiar de los otomíes.

Vamos por partes. Antes de preparar sus tortillas ceremoniales, hacen una purificación al comal (la plancha circular hecha de barro o metal donde se cuecen las tortillas), y agradecen la celebración que van a tener. Es algo así como pedirle al fuego que las deje elaborar este alimento significativo.

Era el día de un homenaje que les hicieron a las cocineras tradicionales del estado de Guanajuato, me sentí muy afortunada por tener el gran privilegio de compartir esta fiesta con ellas. La insignia del molde, que plasmarían con tinta comestible en la tortilla, era nada menos que el Sol.

“Sonriente, con los ojos grandotes, así como nos ve a diario”, explicó María Consuelo, cocinera tradicional de Comonfort, Guanajuato, quien estaba en una cocina típicamente mexicana, con ciertos elementos que nunca faltan: hermosas flores, de girasol, jitomate (tomate rojo) y cebolla. Estos olores tan especiales se mezclaban y estaban por atestiguar la ceremonia.

Es una tradición dar las gracias a Dios en las festividades de las comunidades, así como pasar cada sello, como herencia familiar, de generación en generación. Son una especie de “escudo”, como me explicaron. En él, cada familia deja impreso su sentimiento y amor para los suyos. Al imprimir cada tortilla, se hace vigente la memoria, sus tradiciones se reproducen y logran trascender al tiempo.

Desde pequeñas, a las mujeres se les inculca el amor por lo que hacen, por la tierra, la naturaleza y el alimento, que es lo más sagrado. Preparar tortillas ceremoniales es su forma de decirnos que somos bienvenidos, que nos quieren y desean lo mejor para nosotros. Sea cual sea la imagen impresa, es la vía para demostrar la alegría por tener un invitado, o por estar viviendo algún acontecimiento religioso o familiar.

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