¿Gustas víbora de cascabel o un poquito de cocodrilo? ¿Te animas?
Nunca he entendido por qué no nos atrevemos a disfrutar nuevas experiencias gastronómicas, y por qué nos detienen los prejuicios. Al final, los sabores “exóticos” siempre resultan similiares a los que conocemos, y lo que cambia un poco quizá sea su textura.
De visita por la Ciudad de México, una parada obligada era en el restaurante Chon (calle Regina 160, Centro Histórico) donde se sirven platillos, muchos de ellos de origen prehispánico, para despertar los sentidos.
Al probar ahí la víbora de cascabel me di cuenta de lo que te conté al principio: su textura y su sabor son suaves, como los del pollo; en cuanto al cocodrilo, lo que sentí fue como si estuviera paseando por los manglares maravillosos donde vive este animal, y tomara una bocanada de esos aromas que solo se encuentran ahí, entre la vegetación y la humedad. Su textura es dura, pero aunque lo mastiques una y otra vez, no pierde su rico y peculiar sabor.
Aunque para nosotros consumir reptil sea raro, para nuestros ancestros era de lo más natural, al igual que los insectos y otros animales que aprovechaban del entorno.
Me encanta la filosofía del restaurante Chon de seguir rescatando las tradiciones, la cultura y la gastronomía prehispánica, como lo ha venido haciendo desde hace casi 100 años, ofreciendo los mejores productos de la temporada. Es un tipo de cocina que no es habitual encontrar en la Ciudad de México, o por lo menos no con la inmensa variedad que posee; en cuanto a la calidad, su producto es excelente, y esto lo puedes comprobar en el sabor especial de cada platillo.
Sólo me queda felicitar a todos los que laboran en Chon por seguir con esta apuesta; me voy con un buen sabor de boca y una nueva experiencia en mi vida, ya que me hicieron imaginar con todos mis sentidos cómo se comía en el México prehispánico.
¡Anímate y visita este emblemático lugar cuando estés en CDMX! ¿Lo harías?
