Recolección y preparación de chile pasado Municipio de Poanas, Durango
Mi viaje a Durango me marcó gratamente y la Recolección y preparación de chile; casi todos estamos acostumbrados a ir al mercado y comprar nuestras frutas y verduras, ¡pero no a recolectarlas y hacer el trabajo pesado!
No solemos llevar a cuestas la quilihua, bajo el pleno rayo del sol; ponernos en cuclillas a cosechar los ingredientes, en este caso chiles, que durante meses se han mimado para que podamos disfrutarlos; llevar la cosecha a cuestas, descargarla y estar varias horas de pie asando los chiles, desvenándolos y sentir en los dedos el recuerdo prolongado de lo que estuvimos haciendo, ya que el picor no se va fácilmente de la piel, y luego ponerlos a secar a altas temperaturas, sintiendo en el cuerpo el calor.
Así y todo, puedo decirte que hacerlo en este encuentro fue una experiencia inolvidable, me hizo valorar con cada uno de mis sentidos el esfuerzo que hacen tantas personas para que tengamos a la mesa lavariedad de alimentos tan increíble que hay en México.
Me encantó probar este chile pasado, que es la versión deshidratada de lo que conocemos como poblano, pero que en Durango se llama chile verde o chile de la tierra. El chile pasado es el ingrediente principal del famoso y tradicional caldillo duranguense y de varios otros sabrosos platos de la región.
Su sabor es diferente al del poblano, es un poco más picante, y, una vez procesado, el toque ahumado le da un sabor totalmente fuera de este mundo. Su aroma, al hidratarlo, no tiene comparación: el espacio se llena del olor de la leña de mezquite donde estuvo asándose. Asarlo a la leña le da unas características distintas, queda más uniforme, más delgadito (por la deshidratación al fuego) y toma un color más oscuro. Un producto totalmente artesanal.
¿Cómo es que surgió esta tradición de deshidratar éste y otros ingredientes? Pues, como siempre, por la necesidad. En la antigüedad, por el Camino Real de Tierra Adentro, Durango, había 16 puntos donde paraban los contingentes a caballo, que iban desde Santa Fe, Nuevo México, ahora Estados Unidos, a la zona norte de México.
Los kilómetros y kilómetros que formaban los caminos se recorrían en carretas tiradas por caballos o mulas, y había que llevar provisiones que se conservaran bien para que los viajeros tuvieran alimento disponible por varias semanas.
Los alimentos secos eran la solución, pues tenían garantizada una duración prolongada, que podía llegar fácilmente a un año. Con los chiles, secados a leña, y la carne de venado, deshidratada con sal, preparaban un caldillo para comer en cada parada.
¿Qué te parece?
¡Gracias, Durango, por darme la oportunidad de encontrarme con tu naturaleza, conocer tu pasado, vivir esta maravillosa experiencia y compartirla con todo el mundo!
¿Has estado en Durango? ¿Cuál es la tradición que más dejó sorprendido a cada uno de tus sentidos? Compárteme aquí tus comentarios